domingo, 22 de noviembre de 2009

No tan Alto.



De cuando en cuando y a lo lejos
hay que darse un baño de tumba.

Sin duda todo está muy bien
y todo está muy mal, sin duda.

Van y vienen los pasajeros,
crecen los niños y las calles,
por fin compramos la guitarra
que lloraba sola en la tienda.

Todo está bien, todo está mal.

Las copas se llenan y vuelven
naturalmente a estar vacías
y a veces en la madrugada,
se mueren misteriosamente.

Las copas y los que bebieron.

Hemos crecido tanto que ahora
no saludamos al vecino
y tantas mujeres nos aman
que no sabemos cómo hacerlo.

Qué ropas hermosas llevamos!
Y qué importantes opiniones!

Conocí a un hombre amarillo
que se creía anaranjado
y a un negro vestido de rubio.

Se ven y se ven tantas cosas.

Vi festejados los ladrones
por caballeros impecables
y esto se pasaba en inglés.
Y vi a los honrados, hambrientos,
buscando pan en la basura.
Yo sé que no me cree nadie.
Pero lo he visto con mis ojos.

Hay que darse un baño de tumba
y desde la tierra cerrada
mirar hacia arriba el orgullo.

Entonces se aprende a medir.
Se aprende a hablar, se aprende a ser.
Tal vez no seremos tan locos,
tal vez no seremos tan cuerdos.
Aprenderemos a morir.
A ser barro, a no tener ojos.
A ser apellido olvidado.

Hay unos poetas tan grandes
que no caben en una puerta
y unos negociantes veloces
que no recuerdan la pobreza.
Hay mujeres que no entrarán
por el ojo de una cebolla
y hay tantas cosas, tantas cosas,
y así son, y así no serán.

Si quieren no me crean nada.

Sólo quise enseñarles algo.

Yo soy profesor de la vida,
vago estudiante de la muerte
y si lo que sé no les sirve
no he dicho nada, sino todo.

Pablo Neruda.

domingo, 15 de noviembre de 2009

asi ke... nada!, hay que aprender a entender que bueno puedo sacar de todo esto.

A veces pienso que ni yo me compro el papel que vendo, otras solo pienso que soy nada más que eso que se escapa de vez en cuando, y que se sentia ahogado por seguir normas que no eran suyas...

....a veces yo pienso que todo lo anterior eran solo tonterias.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

lunes, 2 de noviembre de 2009

Teoria Gota a Gota.







 Una vez le conté a mi amiga yesi una teoría que tenía acerca del dolor emocional y el llanto, que siento que ahora puedo reproducir con propiedad:


Imaginemos que el corazón es un Jarrón de agua en el que fluctúan todas nuestras emociones a un nivel medio, estable… homeostático. Frente a él se encuentran dos estanques, uno de agua turbia y otro de agua pura. Nosotros optamos sumergir nuestro Jarrón en alguno de estos sabiendo que: uno nos da placer inmediato, satisfacción saturada sin esfuerzo alguno, lo quieres...lo tienes. El otro no es tan rico, es amargo como la realidad al principio, pero al cabo de el primer litro vas sintiendo una sensación agradable, te alimenta de bondades… pero ¿estás seguro de que quieres a veces amargas bondades? (piénsalo bien).

Si escogemos sumergir nuestro Jarro en estanques de agua turbia, cada vez necesitaremos estar más absueltos en ella porque el dolor de este vaciamiento es desesperante, los umbrales de tolerancia y necesidad se distorsionan, y por lo tanto nos llenamos y llenamos hasta colapsar el estanque, finalmente rebalsándolo para eliminar lo que contaminado como el mismo cuerpo cuando se intoxica… Pero esto es lentamente, gota por gota… lágrima por lágrima. Nos damos cuenta de que el resultado último no es más que emociones negativas y angustiantes, desarrollamos una sed y adicción enfermiza de esta agua turbia, que nos pide cada vez más para sentirnos estables. En nuestra calidad de humanos y su instinto de supervivencia nos damos cuenta, tomamos conciencia y adquirimos el conocimiento de la respuesta correcta. Sabemos que tenemos que dejarlo, sabemos que debemos cambiar de aguas, pero no lo creemos posible, descansamos en el cartel de adictos.

Cuando decidimos por fin enfrentar este derrame asumiendo que quizás resulte un proceso doloroso que queremos asumir para terminar con la angustia y la intoxicación obstinada, pasamos a otra etapa muchas veces no muy diferente: Sufrimos en la abstinencia hasta que ya nos sentimos algo recuperados, mejor, con más fuerzas. Pero ya no queremos seguir sintiendo el dolor de este “vaciamiento”, nos creemos fuertes y más preparados. Optamos claro… por el camino más fácil: nos quedamos ahí, estancados… con el mix de agua turbia y purificación que estábamos logrando, o peor aún, volvemos a sumergirnos en el estanque turbio a la mínima sensación negativa que nos haga sentir que en realidad seguimos siendo unos adictos sin remedio. La verdad es que buscamos cualquier cosa como excusa, porque siempre nos hacemos adictos a la mierda y volvemos a ella (mierda que nos anestecia). Si, Siempre es más doloroso escoger vaciar el estanque por completo… y es comprensible, es mucho más fácil, mucho más cómodo llegar al tope que te anestesie a el fondo desgastado (no es asi en realidad, pero en el momento uno lo cree). Además si estás ya acostumbrado a lo rápido… y ya te han dicho que el otro estanque es al principio más amargo… ermmm… (...)

 Pero aquí está el grandisisimo detalle… si lo logramos permanecer, haciendo de tripa corazón. Si alcanzamos vaciar todo el agua turbia, sufriendo hasta la última gota…y sumergir nuestro jarro en agua pura… sentirás, realmente que tu corazón se va a llenando poco a poco de  cosas puras, a veces amargas, a veces difíciles… pero lo dulce ahora no es lo que absorbes, lo dulce  eres tu… es en lo que te conviertes,  porque incluso lo malo… es transformable al combinarse con la pureza de tus aguas… Porque aprendiste, creciste...  entendiste el significado de una felicidad más universal (en lugar de una seguidilla de eventos sucedaneos de esta),  y te convenciste de que la podias conquistar.
Aida Peñaranda A.