martes, 6 de abril de 2010

Dos monjes iban hacia su monasterio cuando al pasar un río escucharon los gritos de una dama que pedía socorro. Era una joven que estaba en peligro de ahogarse. Uno de los monjes se tiró al agua, cogió a la hermosa joven en sus brazos y la puso a salvo en la orilla. Tras despedirse los monjes continuaron su camino. Transcurrido un tiempo el que no había hecho nada dijo: - Deberías saber que nuestras normas no permiten tocar a mujer alguna.

- Yo cogí a esa joven con mis brazos y luego la dejé en la orilla. Tú todavía la llevas encima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deje de ser sapo y comience a ser opinante!