Dos monjes iban hacia su monasterio cuando al pasar un río escucharon los gritos de una dama que pedía socorro. Era una joven que estaba en peligro de ahogarse. Uno de los monjes se tiró al agua, cogió a la hermosa joven en sus brazos y la puso a salvo en la orilla. Tras despedirse los monjes continuaron su camino. Transcurrido un tiempo el que no había hecho nada dijo: - Deberías saber que nuestras normas no permiten tocar a mujer alguna.
- Yo cogí a esa joven con mis brazos y luego la dejé en la orilla. Tú todavía la llevas encima.
"...Adán fué el primer hombre, pero no porque fuese el primero probablemente, antes que él hubo muchos otros; por tanto, la historia no los puede recordar -no tienen ego-, sino porque fue el primero en decir «no». Y a mi parecer, ¿cómo va a ser Adán el primer hombre? Seguramente hubo millones de hombres antes que él, pero ninguno de ellos dijo «no». No podían convertirse en hombres, no podían convertirse en egos. Adán dijo «no». Sufrió por decirlo, por supuesto; fue expulsado del jardín de la felicidad.
Adán es un hombre y todos los hombres son como Adán. La infancia es el Jardín del Edén. Los niños son tan felices como los animales, tan felices como los hombres primitivos, tan felices como los árboles. ¿Habéis observado a un niño correr entre los árboles o en la playa? Todavía no es humano. Sus ojos siguen siendo transparentes pero es inconsciente. Tendrá que salir del Jardín del Edén. Este es el significado de la expulsión de Adán del Jardín del Edén, ya no forma parte de la felicidad inconsciente. Al comer la fruta del árbol de la sabiduría se ha vuelto consciente. Se ha convertido en un hombre.
No es que Adán fuese expulsado una vez, sino que cada Adán deberá ser expulsado de nuevo. Cada niño deberá ser expulsado del jardín de los dioses; forma parte del aprendizaje. Es el dolor del aprendizaje. Hay que perderlo para volverlo a encontrar, para encontrarlo conscientemente. Esta es la carga del hombre y su destino, su tormento y su libertad, el problema y a la vez la grandeza del hombre".
Osho.
sábado, 27 de marzo de 2010
¿Las cosas que se pierden y las que se olvidan van hacia el mismo lugar?
Un día antes antes de terminar mis vacaicones con mi familia en arica, jugando con mi sobrina :
En el momento destellantes sus ojos respondieron a la absurda interrogante que le habia hecho como jugando " ...pero te ves mas linda ahora, con esa risa grande en la cara" , la mire sin decir nada, -me habia dejdo muda-... Entonces con su pequeña gran sabiduria aún no corrompida de una niña de seis años, mostrandose algo enjuiciada al no tomar en serio de buenas y a primeras las expresiones de sus visiones, me dice: "...¿y que?, si a caso cuando te "pintai" tambien te digo que estai linda, solo que ahora te ves como más linda como... más feliz, deberias estar siempre aqui para que siempre fueras tan linda, asi no tendrias que pintarte núnca mas ...".
Dijo más de lo que incluso yo en el momento pude entender... Y uno piensa que los niños no saben nada !!.
No me gusta que me subestimen, pero siempre que me intentan analizar con sus mentes, estrechas mentes con estrechas visiones... siento que así lo hacen, no por voluntad pero es todo lo que tienen, no hay mas herramientas, ni en sus motivaciones está encontrarlas (creo que por ahí pasa todo)... Pienso que a eso se debe el extraño apego que creo con la gente a la que logro parecerles transparente, y temor a la perdida del único nexo que me brinda destellos de feedback con la realidad...
De todas maneras aún no tiempos de soberbia en los que siento/pienso que no me comprenden porque yo comprendo más...